Uno de los proyectos más significativos en mi recorrido fue ser cofundadora del centro de terapias naturales y retiros Can Mussol, S.L., un sueño que nació después de un viaje transformador a Sri Lanka. Allí se despertó en mí una necesidad profunda de cambio y conexión interior que me llevó, a mi regreso, a sumergirme durante más de un año en la práctica de la meditación y el budismo en un templo cercano. Aquella etapa marcó un antes y un después en mi camino personal.

De ese proceso interno surgió la idea de crear un espacio dedicado al crecimiento personal, las terapias naturales, el yoga y la meditación. Así nació Can Mussol, nombre que conservaba la esencia de la antigua casa rural que nos acogió en los inicios. Pronto, el proyecto creció y nos trasladamos a una masía rodeada de viñedos, donde pudimos seguir desarrollando retiros y actividades conectadas con la naturaleza.

Durante cinco años fui copropietaria y responsable del centro, que fundé junto a David Ortiz, con quien compartía entonces un proyecto de vida. Con el tiempo, nuestras trayectorias se separaron y sentí que mi ciclo en Can Mussol había finalizado, abriéndose para mí una nueva etapa de crecimiento y camino propio como terapeuta.

Hoy, Can Mussol sigue su curso, en buenas manos y con la esencia viva. Aunque ya no formo parte activa del proyecto, lo recuerdo con profunda gratitud y, en ocasiones, tengo el placer de colaborar puntualmente.

Can Mussol representa un capítulo valioso de mi vida, donde aprendí la importancia de la entrega, la conexión con uno mismo y con los demás, y el poder de crear espacios que transforman.

L’Onze Teràpies Naturals nace en un momento clave de mi vida, justo después de haber creado y acompañado el proyecto de Can Mussol.

Aquel espacio me permitió sembrar, aprender, compartir… pero también darme cuenta de que mi camino pedía algo más íntimo, más conectado con mi forma personal de acompañar.

Sentí la necesidad de soltar para poder seguir creciendo.
Y de ese movimiento consciente nació el deseo de crear mi propia consulta: un lugar más recogido, auténtico y en coherencia con lo que soy y con cómo entiendo el acompañamiento terapéutico.

L’Onze es el reflejo de ese proceso interior.
Un espacio cuidado, cercano y sensible donde acompaño desde el respeto, la escucha profunda y la experiencia vivida. Aquí no hay fórmulas, hay presencia real y herramientas que se adaptan al momento y a la persona.

L’Onze es donde todo lo que he vivido y aprendido toma sentido al estar al servicio de los demás.